Tecnología

La dependencia tecnológica en la sociedad

La dependencia humana en una sociedad tecnológica:

  • En la medida en que el desarrollo de la tecnología avanza, la dependencia de las personas se hace mayor. El problema de esto surge cuando esa tecnología falla.
  • Para miles de personas, sobre todo para los más jóvenes, memorizar un número telefónico puede parecer algo anticuado cuando puedes tenerlo almacenado en una nube.
  • Al otro extremo, otros miles de personas pasan de una preocupación sana por este hecho, a un estado de alarma que los hace volverse en contra del avance tecnológico.

De acuerdo a las leyes científicas de la Selección Natural, los humanos somos seres altamente adaptativos a cambios de diversos tipos. Sin embargo, esta capacidad de adaptación, puede generar dependencia y, en el terreno de la evolución tecnológica, tal naturaleza se tornaría en un problema.

Del mismo modo en que la sociedad puede adaptarse rápidamente de una realidad a otra sin importar lo brusco del cambio, también puede hacerse dependiente. Si el mencionado cambio brinda mayor grado de comodidad, la dependencia a la nueva situación se hace mayor. A título de ejemplo se puede colocar todo el desarrollo científico-técnico ocurrido entre los siglos XIX y XXI.

A principios del siglo XIX, nadie se imaginaba que sus vidas estaban a punto de cambiar con la Revolución Industrial. Unas pocas décadas después, millones de personas no habría podido sobrevivir sin las máquinas de vapor. Exactamente lo mismo sucede en la actualidad con todos los dispositivos, la dependencia se acentúa, creando individuos con menor disposición de aprender.

Algunos ejemplos cotidianos de dependencia tecnológica

Probablemente, usted piense que no tiene nada que ver con esa dependencia tecnológica y en muchos sentidos probablemente tenga razón. No obstante, ¿desde cuándo no se memoriza un número telefónico? Aunque parece algo que se puede resolver con poco esfuerzo, se trata de la punta del iceberg de la dependencia que resulta de la comodidad.

Nadie puede negar las ventajas que ofrecen los GPS, sobre todo cuando visitamos por primera vez una ciudad. Pero, existen miles de personas que dejan todo al pequeño aparto ubicado en el tablero del vehículo. Así, gracias a él, no hacen el mínimo esfuerzo por memorizarse las calles y referencias de una ciudad.

Muchos nos abstenemos de hacer simples cálculos matemáticos cotidianos, puesto que eso se resuelve fácilmente con la calculadora del móvil. ¿Para qué encender el TV si tengo la aplicación de streaming en el teléfono? Y no está mal, la tecnología se creó para que tengamos la comodidad que tanto merecemos (o que creemos merecer). En ese sentido, darle uso nos puede ahorrar minutos que son valiosos.

El problema de todo esto aparece cuando esas tecnologías fallan. En los países de América Latina, por ejemplo, es común que algunos lugares no cuenten con cobertura de Internet móvil. El resultado es que el GPS se cuelga y la dependencia tecnológica provoca que las personas den vueltas como un ratón en un laberinto por grandes ciudades. Y este es solo uno de los problemas, probablemente uno de los más insignificantes.

Actualmente, la dependencia tecnológica abstiene a las personas de realizar tareas sencillas como memorizar un número telefónico o una dirección. Fuente: MovilZona
Actualmente, la dependencia tecnológica abstiene a las personas de realizar tareas sencillas como memorizar un número telefónico o una dirección.

El Metaverso podría ser una fábrica de humanos vegetales

Si usted es uno de los que se preocupa de los efectos secundarios del desarrollo tecnológico, con la llegada del Metaverso podría perturbarse un poco más. En consecuencia, si con unas gafas (o algo así), las personas podrán ir a trabajar sin moverse de sus casas, ¿Para qué salir? Desde casa se podrá ir a fiestas, reuniones, dar un paseo digital etc.  

Nadie puede negar las ventajas del Metaverso para el bienestar de las sociedades futuras. Pero, ¿dónde quedará nuestro impulso natural para hacer cosas al margen, las cuales venimos haciendo al menos desde que comenzamos a construir civilizaciones hace unos 10.000 años? Una vez más, ese no es el problema principal. El dilema será cuando esas tecnologías fallen como falló Facebook el año pasado.

Existe mucha tela que cortar en este debate relacionado con la dependencia tecnológica en la sociedad actual y futura. Pese a ello, esto no se puede interpretar como una necesidad de volverse en contra de ese avance “para salvar la sociedad de convertirse en una masa de vegetales». Bajo ningún pretexto es recomendable estar en contra del desarrollo tecnológico, imagine que las personas hubieran hecho lo mismo en el siglo XIX contra la Revolución Industrial o que el movimiento ludita hubiera tenido éxito y estuviéramos ahora haciendo a mano nuestros propios zapatos.

Recuerde que la naturaleza se autorregula y nosotros somos parte de esa naturaleza. Si la tecnología nos lleva a nuestra perdición, entonces seremos reiniciados para empezar de nuevo con palos y piedras. Dicho de otra manera, el atraso nunca ha sido la respuesta a ninguna clase de problemas.

Alejandro Gil Rivero

Alejandro es periodista especializado en economía con experiencia en cobertura de los mercados busrsátiles, comercio internacional, criptomonedas y Blockchain. Alejandro es miembro de la International Association of Professional Writers & Editors (IAPWE)

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